¿Por qué hay tan pocas mujeres líderes de ‘startups’?
El 80% de los CEO tecnológicos son hombres. El bajo número de licenciadas en carreras técnicas es uno de los motivos
En 2013 la filóloga y doctora en lingüística computacional Pilar Manchón, fundadora y CEO de Indisys, vendió su compañía al gigante Intel Corporation por 26 millones de euros. Junto a un grupo de investigadores de la Universidad de Sevilla, Manchón había desarrollado un programa de reconocimiento de voz con inteligencia artificial; una imagen humana capaz de conversar con fluidez en varios idiomas a través de cualquier dispositivo móvil. Además de los ingresos millonarios, ella se incorporó a Intel como directiva del equipo de I+D en la sede de Santa Clara, en California (EE UU). Manchón se convirtió en uno de los referentes nacionales femeninos dentro del universo de las startup, empresas emergentes de base tecnológica.
En España no hay muchos casos de éxito como éste con féminas como protagonistas. Aunque no existe un registro oficial de startups, se sabe que entre el 85 y el 90% de los impulsores de estas empresas son hombres de entre 30 y 35 años. Este dato se desprende de la plataforma Startupxplore, la mayor comunidad de startups e inversores de España lanzada en 2014, la única que, de momento, ha creado un mapa con todas las startups sobre el territorio nacional: 2.185 a cierre de marzo.
“En el ecosistema tecnológico, la mayoría masculina es apabullante”, asegura Amparo de San José, directora de la red de Business Angels de IESE Business School que, fundada en 2003, cuenta con más de 25 millones de euros invertidos en 106 startups. Esta plataforma presenta cada año entre 80 y 100 proyectos empresariales a su red de inversores, unos 140. En la mayoría de los casos, los CEO son hombres; la presencia de mujeres ronda el 20% en los equipos fundadores. Uno de los motivos es, según San José, el bajo número de mujeres en carreras técnicas.
Mientras el 54,3% de los estudiantes matriculados en un grado universitario durante el curso 2013-2014 fueron mujeres, en las ingenierías este porcentaje bajó hasta el 26,1%, según el informe Datos y cifras del sistema universitario español del Ministerio de Educación. En otras especialidades como ciencias de la salud representaron el 70,1% y en ciencias el 52,6%.
De cada 1.000 europeas licenciadas o diplomadas, solo 29 tienen un título universitario en tecnologías de la información y la comunicación (TIC), según una encuesta elaborada en 2013 por la Comisión Europea. Un número que en el caso de los hombres asciende a 95. En cuanto a la parte laboral, este mismo documento señala que la participación de mujeres de hasta 30 años en este sector es del 20%; de los 31 a los 45 del 15% y a partir de los 45 años desciende hasta el 9%.
Como principales factores este documento apunta a la tradición cultural y los estereotipos sobre el rol de la mujer; a su actitud negativa hacia la competitividad; a las dificultades para equilibrar la vida personal y la laboral o a barreras externas como el fuerte predominio de hombres en los entornos tecnológicos.
“A veces nosotras mismas nos frenamos, queremos conocer hasta el último detalle antes de lanzarnos y eso no siempre es bueno”, comenta Elena Cruz, ingeniera de Telecomunicación de 37 años que trabaja en el departamento de I+D de Telefónica y que junto a otras dos compañeras ha puesto en marcha la delegación española de la plataforma Girls in Tech, una asociación sin ánimo de lucro nacida en 2007 en Silicon Valley para fomentar la presencia de mujeres en el llamado STEM (siglas en inglés de Science, Technology, Engineering and Mathematics), titulados universitarios en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas.
“Nuestro objetivo es conseguir que las mujeres se interesen por la tecnología y que puedan liderar negocios y proyectos relacionados con esta disciplina”, explica Marina Serrano, ingeniera informática de 30 años y cofundadora de la rama española de Girls in Tech. En la sede principal de Silicon Valley se trabaja para intentar aumentar la presencia femenina en un entorno donde el 90% de los que montan startups son hombres, según el informe Startup Ecosystem Report 2012 de Telefónica.
Girls in Tech ha lanzado un programa para poner en contacto a mujeres interesadas en la tecnología y profesionales en activo del sector que actúen como mentoras. “El valor es tanto el asesoramiento como la red de contactos que les pueden proporcionar. El apoyo es muy importante a la hora de decantarse por esta rama”, indica Serrano. A día de hoy ya cuentan con más de 40 mujeres de perfiles técnicos inscritas en su plataforma.
Otro colectivo que persigue el mismo fin es Tech & Ladies, integrado en el grupo Google Developers Group, una comunidad de desarrolladores que cuenta con el reconocimiento y el apoyo de Google. Mariel Martínez, ingeniera informática de 38 años, es una de las 10 mujeres que se encargan de la organización de eventos en las 28 comunidades repartidas por toda España. Ella ha creado su propia empresa Inthenext, dedicada al desarrollo de software a medida. “Cada dos meses programamos una charla sobre tecnología con una mujer como ponente. Tenemos que darnos visibilidad y despertar el interés de las más jóvenes”, cuenta.
Para llegar a las aulas de colegios e institutos, Tech & Ladies, que cuenta con 25 mujeres de perfiles técnicos registradas, colabora con el proyecto Mujeres en la Tecnología, diseñado por la filóloga y experta en marketing Cristina Aranda (38 años), por el que ha obtenido la beca Smarter Leader Fellowship del Meridian International Center y la Embajada de Estados Unidos en España. Promover el interés de las chicas por la programación y los negocios digitales es la esencia de este proyecto.
“Se basa en dos ramas; una educativa con talleres destinados a niñas y adolescentes y otra para un público adulto vinculada con el emprendimiento. La idea es mostrarles el camino para ser makers (creativas y diseñadoras) y no solo consumidoras de productos tecnológicos”, explica Aranda, que también es la representante en España del San Francisco International Women Entrepreneurs Forum, una asociación creada en Silicon Valley e integrada por las cámaras de comercio de 10 países para impulsar a las mujeres a emprender.
A Tais Pérez, psicóloga de 31 años, nadie tuvo que convencerla para montar una startup. Después de trabajar durante varios años con pacientes con enfermedad renal crónica en el Hospital Universitario Doctor Negrín (Las Palmas de Gran Canaria), decidió que crearía una App para atender a 1.000 pacientes y familiares a la vez. Renalhelp fue el resultado. Disponible para iOS y Android, esta aplicación sirve como guía para que los pacientes de enfermedades renales puedan conocer cómo cuidarse a sí mismos y contactar en cualquier momento con especialistas.
“Su vida diaria es muy complicada. No saben cuánto líquido pueden beber al día o qué cantidad de potasio pueden ingerir. Acudir al hospital solo para eso es una lata para ellos”, explica. Ha dejado su empleo en el hospital para dedicarse plenamente a su negocio. “En las rondas de financiación o los eventos de startups siempre soy la única mujer”, zanja.