- Publicado: 8 de marzo de 2021 | Actualizado el lunes 8 de marzo de 2021 – 20:32
Las infantas Elena y Cristina se vacunaron contra el coronavirus en Emiratos aprovechando una visita a su padre, emérito entre los eméritos. Ellas, ajenas a cualquier realidad que no sea la de sus privilegios heredados, que sorprendieron a nadie, se hicieron las longuis.
Legitimadas por su único “mérito” heredado por obra y gracia de la sucesión del ADN borboniano se justificaron con una frase que ya es todo un canto al parasitismo distraido; “Se nos ofreció y accedimos”.
El único trabajo de la familia real, arropada por toda la maquinaria propagandística mediática y política ya bien sedimentada desde los albores del franquismo y más allá, es hacernos creer que son una personas muy normales y corrientes. El nuestro es recordarles que son un lastre y unos vividores. Como lo fueron sus ancestros y lo son y serán sus sucesores y descendientes.